El primer soneto Una vez... ¡ah!, figúrome que ahora Respiro aún su delicioso aliento Y enardecido por sus labios siento El corazón que la suspira y llora... "Hazme versos así," dijo leonora, (¡Catorce eran de Lope, y un portento!) "Y lo que pides te daré al momento, Con la vida y el alma que te adora" Después... Más nunca demandó cantares, Porque tan cerca palpitar se oían ¡Mi corazón y el suyo!... Y luminares Del alama aquellos ojos que ventían Bajo mis besos luz y lloro ardiente, ¡Fuego inmortal dejaron en mi mente! - Jorge Isaacs (poeta colombiano, 1837-1895)