FUE SUEÑO AYER, MAÑANA SERÁ TIERRA…
Fue sueño ayer, mañana será tierra.
¡Poco antes nada, y poco después humo!
¡Y destino ambiciones, y presumo
apenas punto al cerco que me cierra!
Breve combate de importuna guerra,
en mi defensa, soy peligro sumo,
y mientras con mis armas me consumo,
menos me hospeda el cuerpo que me entierra.
Ya no es ayer, mañana no ha llegado;
hoy pasa y es y fue, con movimiento
que a la muerte me lleva despeñado.
Azadas son la hora y el momento
que a jornal de mi pena y mi cuidado
cavan en mi vivir mi monumento.
– Francisco de Quevedo (1580~1645)
El mensaje tiene un sabor fuertemente budista, a pesar de ser de un católico español del siglo de oro. ¿Debo confesar que he estado meditando sobre la muerte? Pero … de hecho, sí, por lo menos un poco – y, ¿cómo que no?