He encontrado un nuevo amigo acá en Suwon. Es un coreano hispanohablante, que parece ser una clase de persona tan rara como un gringo coreanohablante, por ejemplo. Parece que se ha afiliado conmigo porque se dio cuenta de que yo podría ofrecerle oportunidades de practicar el español. No siempre hablamos español, porque siente más cómodo en inglés. También, me brinda lecciones en coreano con mucha paciencia.
Anoche me llamó y anunció que querría invitarme a cenar en un restorán mexicano que conoce. Entonces, fuimos manejando casi 40 minutos, partiendo directamente hacia el sur de Suwon, para llegar en la ciudad de Osan. Lo interesante de Osan es que es una ciudad donde se ubica una de las bases más grandes estadounidenses en toda Corea. Me acuerdo haber pasado una noche allí en 1991. Por esta razón, hay muchas tropas estadounidenses residentes en el pueblo, y hay muchos comercios orientados al negocio con estos extranjeros. Así, se explica la presencia de un restorán mexicano, bastante auténtico (digamos según un estandar norteamericano si no según un estandar mexicano puro).
Comimos una cena temprana de sopes y mole poblano, y tomamos horchata. Pareció un milagro, poder hacer esto en Osan, Corea. La comida era bastante bien, aunque el mole era un poco débil, probablemente para mejor adaptarse al gusto de las tropas gringas más que por acomodarse al gusto de los coreanos.
Tuve la oportunidad de hablar con el cocinero, un verdadero mexicano chilango de Ecatepec, bastante amigable si no tan entusiasmado de su estadía en Corea. Me explicó que al terminar su contrato, volvería a México, pero que la oportunidad de vivir en un país extranjero "tan extranjero" como Corea había sido muy interesante.
Después de nuestra cena, exploramos la ciudad de Osan un poquito, y finalmente volvimos a Suwon. A las once, mas o menos, comimos otra cena más ligera, como es la costumbre coreana en noches sociales, de 회 (sashimi, pescado crudo).
Igual con casi todos los coreanos que he tenido la oportunidad de conocer, este nuevo amigo mio tiene un sinfín de conceptos difusos sobre posibilidades de futuros negocios, en el campo de intercambios interenacionales de jovenes y agencias de empleo para extranjeros en corea. Incluso, me quiere reclutar como partner de negocios. Siempre hay que aguantar tal clase de vagos ofrecimientos, porque Corea parece ser un reino de entrepreneurs frustrados. No me molesta de ninguna manera, aunque a veces tengo que cuidar mi cinismo.
Aquel fue mi noche vagamente mexicanizada. Hoy, vuelvo al estudio del idioma coreano. Estudia, estudia, estudia! 파이팅!