Hoy en la mañana me desperté de un sueño medio extraño. Había soñado con una serie de imagenes algo desconexas pero bastante pelúcidas traídas de los recuerdos de una telenovela chilena que me había interesado durante el invierno que pasé en Valdivia en 94: su título fue Rojo y miel. Lo extraño era que dentro del sueño, me desperté y me puse a indagar la telenovela en el internet, intentando recordarme mejor de su contenido, e incluso intentando buscar la posibilidad de bajar los episodios de ella para verla de nuevo. Dentro del sueño, habían páginas de google y wikipedia. No eran muy claras, respecto sus contenidos, pero las páginas verdaderas que después busqué, al despertarme, no eran exactamente paralelas. Sin embargo, nunca pude encontrar episodios de la telenovela para downloadear, ni en el sueño ni mucho menos en la realidad a la que regresé luego.
Tal vez mi subconciencia trujo estas memorias por causa del tiempo: estos días aquí en Seul han habido unas lluvias frías, al borde de ser la nieve, muy parecidas a las valdivianas de aquella época, cuando me sentaba acerca de la chimenea en mi casa de huéspedes, comiendo algun curanto casero chileno, muy delicioso, para mirar el nuevo episodio de Rojo y miel… para después, desaparecer el cuarto frío para estudiar el mapudungun (idioma mapuche), y mirar las luces de la noche sobre el Río Calle Calle desde mi ventana (véase la foto… mi casa de huéspedes quedaba dos o tres cuadras a la derecha del edificio que está a la derecha de la catedral… y en frente, el Calle Calle, gris y calmado).